Joseph Priestley (/ˈpriːstli/; 24 de marzo (o.s. 13 de marzo) de 1732-6 de febrero de 1804) fue un científico y teólogo del siglo XVIII, clérigo disidente, filósofo, educador y teórico político, que publicó más de 150 obras. Es conocido como el creador del agua carbonatada.
Solía ser considerado como el descubridor del oxígeno aunque este hecho también les ha sido atribuido, con cierto fundamento, a Carl Wilhelm Scheele y Antoine Lavoisier. En todo caso, fue uno de los primeros en aislarlo en forma gaseosa, y el primero en reconocer su papel fundamental para los organismos vivos.
A lo largo de su vida, Priestley, tuvo una considerable reputación científica, residente en su invención del agua carbonatada, sus composiciones sobre la electricidad, y su descubrimiento de múltiples «aires» (gases), siendo el más famoso el que Priestley nombró «aire desflogisticado» (oxígeno). Sin embargo, la determinación a defender la teoría del flogisto y a rechazar lo que sería la revolución química, eventualmente lo aisló de la comunidad científica.
La ciencia de Priestley estaba integrada a su teología, y constantemente trataba de fusionar el racionalismo ilustrado con el teísmo cristiano. En sus textos metafísicos, Priestley intentaba combinar teísmo, materialismo y determinismo, un proyecto que fue denominado «audaz y original». Él creía que un entendimiento adecuado del mundo natural haría que los humanos progresaran y eventualmente alcanzar el Milenio Cristiano. Priestley, quién creía firmemente en el libre y abierto intercambio de ideas, defendió la tolerancia y la igualdad de derechos para los disidentes religiosos, lo que también le llevó a ayudar a fundar el Unitarismo en Inglaterra. La controversista naturaleza de las publicaciones de Priestley, combinadas con su abierto apoyo a la Revolución francesa, levantaron las sospechas del público y del gobierno; fue eventualmente obligado a exiliarse en 1791; primero a Londres y luego a los Estados Unidos, después de que una multitud quemase su casa de Birmingham y la iglesia. Pasó sus últimos diez años en el condado de Northumberland, en Pensilvania.
Erudito y profesor durante toda su vida, Priestley también realizó importantes contribuciones a la pedagogía, incluyendo la publicación de un trabajo seminal en gramática inglesa y libros de historia, también creó algunos de las más influyentes líneas temporales. Estas composiciones educativas estaban entre los trabajos más populares de Priestley. Fueron sus trabajos metafísicos, sin embargo, los que tuvieron mayor influencia: llevando a filósofos como Jeremy Bentham, John Stuart Mill y Herbert Spencer a acreditarlos entre los recursos primarios de utilitarismo.
Inicio de vida y de educación (1733-55)
Priesley nació de una familia de disidentes ingleses (es decir, protestantes que se habían separado de la Iglesia Anglicana, en este caso calvinistas) en Hacnkey, en Yorkshire del Oeste. Fue el primero de los seis hijos nacidos de Maria Swift y Jonas Priestley, un comerciante de tejidos. Para aliviar los remordimientos de su madre, fue enviado a vivir con su abuelo cuando tenía un año, y luego de que su madre muriera cinco años más tarde, volvió a casa. Cuando su padre se casó nuevamente, en 1741, Priesley pasó a vivir con su tío y su tía, Sarah y John Keighley, a 3 millas (4,8 km) de Fieldhead personas acaudaladas y sin hijos. Por ser un niño precoz – a los cuatro años podía recitar impecablemente las 107 preguntas y respuestas del Catecismo breve de Westminster (un popular catecismo anglicano de la época), su tía procuró la mejor educación para su sobrino, exigiendo que fuese ministro anglicano al llegar a la edad adulta. Durante su juventud Priestley estudió en las escuelas locales donde aprendió griego, latín y hebreo.
Alrededor de 1749, Priesley enfermó gravemente y se llegó a temer por su vida. Recuperándose como devoto del calvinismo, pensó que una experiencia de conversión sería necesaria para su salvación, aun así duda que hubiese habido una. Esta angustia emocional lo llevó eventualmente a una cuestión sobre la educación teológica, lo que le causó el rechazo de las elecciones incondicionales y del Universalismo. Como resultado, los ancianos de la iglesia de su casa se negaron a aceptarlo como un miembro de pleno derecho.
La enfermedad de Priesley le dejó una marca permanente y le hizo renunciar a cualquier pensamiento de entrar en el ministerio en ese momento. Para unirse a un negocio familiar de comercio en Lisboa, estudió francés, italiano y alemán, además de caldeo y árabe. Fue educado por el Reverendo George Haggerstone, que primeramente le enseñó matemáticas avanzada, filosofía natural y lógica, a través de metafísica y de las obras de Isaac Watts, Willem Gravesande y John Locke.
Durante su vida, Priestley gozó de una considerable reputación científica, firmemente asentada en su invención del agua carbonatada, sus escritos sobre electricidad y su descubrimiento de varios «aires» (gases), siendo el más famoso el que Priestley llamó «aire desflogistizado» (y que Scheele había llamado aire ígneo, y Lavoisier oxígeno).
A raíz de su descubrimiento del oxígeno, elaboró la llamada teoría del flogisto, que pese a que fue rápidamente demostrada como errónea por Lavoisier y sus seguidores, Priestley siguió defendiendo con determinación durante toda su vida. Ello le llevó a rechazar, al menos implícitamente, lo que se convertiría en la revolución química de la mano de Lavoisier, lo cual, ligado a sus ideas políticas radicales, afectaría gravemente a su prestigio científico al final de su vida, y lo convertiría en blanco de grandes críticas. La concepción de la ciencia que tenía Priestley fue una parte integrante de su teología y siempre trató de fusionar el racionalismo de la Ilustración con el teísmo cristiano. En sus textos de metafísica, Priestley trató de combinar el teísmo, el materialismo y el determinismo, un proyecto que ha sido calificado como «audaz y original».
Creía que una correcta comprensión del mundo natural lograrían un progreso humano y, finalmente, se originaría el milenio cristiano. Uno de los aspectos más destacados de Priestley fue su generosidad científica: creía firmemente en el intercambio libre y abierto de ideas, lo cual le llevó a desaprovechar la potencialidad comercial de muchos de sus descubrimientos, como el del agua carbonatada. Abogó incansablemente por la tolerancia religiosa, y reclamó la igualdad de derechos en Inglaterra para los religiosos disidentes. Sus concepciones teológicas lo llevaron a ayudar a fundar el unitarismo en Inglaterra. El carácter polémico de las publicaciones de Priestley, combinado con su abierto apoyo a la independencia de los Estados Unidos primero y posteriormente, con una mayor fuerza, a la Revolución Francesa le originaron una desconfianza tanto pública y gubernamental. En 1791 una turba furiosa asaltó su residencia de Birmingham y la incendió, obligándolo a huir primero a Londres y luego a los Estados Unidos, donde emigró en 1794 invitado por algunos de los padres fundadores del país. Pasó los últimos diez años de su vida viviendo en el condado de Northumberland, Pensilvania.
Gran estudioso y maestro durante toda su vida, Priestley también hizo importantes contribuciones a la pedagogía, incluyendo la publicación de la obra fundacional de la gramática inglesa y la invención de la historiografía de la ciencia moderna. Estos escritos educativos fueron algunas de las obras más populares de Priestley; su Historia de la Electricidad siguió usándose como manual sobre el tema cien años después de su fallecimiento. Su obra de metafísica tuvo la influencia más duradera: eminentes filósofos como Jeremy Bentham, John Stuart Mill, y Herbert Spencer la tomaron como una de las principales fuentes del utilitarismo.
Academia Daventry
Priestley finalmente decidió regresar a sus estudios teológicos y, en 1752, se matriculó en Daventry, una academia de disidentes. Como él ya había estudiado mucho, fue autorizado a no hacer los dos primeros años del curso. Él continuó su intenso estudio; esto junto con la atmósfera liberal de la escuela, unió sus pensamientos teológicos a los conceptos de la izquierda política y se convirtió en un Disidente Racional. Con su dogma religioso y misticismo, los Disidentes Racionales enfatizaron el análisis racional del mundo natural y de la Biblia.
Priestley escribió que el libro que más le influyó, además de la Biblia, fue Observaciones sobre el Hombre (1749) de David Hartley. La psicología, filosofía y teología de Hartley, trataban de una filosofía de la mente material. Hartley se dedicó a construir una filosofía cristiana, en la que ambos religiosos y morales «hechos» podrían ser científicamente probados, una meta que se atribuir a Priestley por toda su vida. En su tercer año en Daventry, se comprometió a participar en el ministerio, que él describió como «la más noble de todas las profesiones».
Needham Market y Nantwich (1755-61)
Robert Schofield, el gran biógrafo moderno que se dedicó a estudiar la vida y obra de Priestley, describe su primera “llamada” para la parroquia de los disidentes en Needham Market, Suffolk, 1755, como un “engaño” tanto para Priestley como para la congregación. Priestley cambió su simple vida en favor de una vida más urbana con debates teológicos en Needham, que era una pequeña aldea rural con la congregación apegada a la tradición. Las asistencias y donaciones a la congregación cayeron abruptamente cuando se descubrió la extensión de su heterodoxia. Aunque su tía le hubiese prometido su apoyo cuando se hizo ministro, ella se negó a proporcionar cualquier asistencia cuando se dio cuenta de que él no era más que un calvinista. Para ganar dinero extra, Priestley propuso abrir una escuela, pero las familias locales informaron de que tendrían que rehusar de enviar a sus hijos. También presentó una serie de conferencias científicas. De entre ellas, la conferencia conocida como “Usar los Globos” fue la más exitosa.
Los amigos de Priestley le ayudaron a obtener otra posición y, en 1758, se muda a Nantwich, Cheshire, en ese tiempo, se sintió más feliz. La congregación se molestó menos con su heterodoxia y él, finalmente, estableció con éxito una escuela. Al contrario de muchos profesores de la época, Priestley enseñó a sus alumnos filosofía natural y mismo compró instrumentos científicos para ellos. Horrorizado con la calidad de los libros disponibles de gramática inglesa, Priestley escribió el suyo propio: “The Rudiments of English Grammar” (Los Rudimentos de la Gramática Inglesa, en español)(1761). Sus innovaciones en la en la descripción de la gramática inglesa y particularmente para desasociarla de la gramática latina, llevó a los estudiosos del siglo XX a describirlo como “uno de los grandes gramáticos de su tiempo». Después de la publicación de Rudimentos y del éxito de su escuela, la Academia Warrington le ofreció un puesto de profesor en 1761.
Academia Warrington (1761-1767)
En 1761, Priestley se mudó a Warrington y asumió el cargo de profesor de lenguas modernas y de retórica en la Academia de Disidentes de la ciudad, a pesar de que habría preferido enseñar matemáticas y filosofía natural. Encajó bien en Warrington e hizo amigos rápidamente. El 23 de junio de 1762 se casó con Mary Wilkinson de Wrexham. De su matrimonio, Priestley escribió:
«El matrimonio mostró una conexión muy adecuada y feliz; mi esposa es una mujer de un excelente entendimiento, mejoró mucho la lectura, de gran firmeza y fuerza de espíritu, y de un temperamento en el más alto grado afectuoso y generoso; pensaba mucho en los otros y poco en sí misma. Aparte de eso, gran excelencia en cada cosa relativa a los asuntos domésticos, ella me ha eximido totalmente de todos tipos de preocupación, que me permitió dar todo mi tiempo para el progreso de mis estudios y otros deberes de mi estancia».
El 17 de abril de 1763, tuvieron una hija, a quien llamarán Sarah Priestley en homenaje a la tía de Priestley.
Pedagogo e historiador
Todos los libros de Priestley que fueron publicados mientras enseñaba en Warrington enfatizaban el estudio de la historia; él consideró eso esencial para el éxito de la humanidad, así como el crecimiento religioso. Escribió historias de la ciencia y del Cristianismo, en un esfuerzo para revelar el progreso de la humanidad y, paradójicamente, la pérdida de un puro “cristianismo primitivo”.
En “Essay on a Course of Liberal Education for Civil and Active Life” (Ensayo sobre un Curso de Educación Liberal para una Vida Civil y Activa, en español) (1765), «Lectures on History and General Policy» (Lecciones sobre Historia y Política General, en español (1788), y otras obras, Priestley argumentó que la educación de los jóvenes debe anticipar sus futuras necesidades prácticas. Este principio de la utilidad guio escuelas curriculares no convencionales para los aspirantes a estudiantes en la escuela de Enseñanza Media de Warrington. Él recomendó lenguas modernas, en vez de lenguas clásicas e historia moderna en vez de historia antigua. Sus lecciones sobre historia eran particularmente revolucionarias, narró un cuento de la historia providencialista y naturalista, argumentando que el estudio de la historia favoreció la comprensión de las leyes naturales de Dios. Aparte de eso, su perspectiva milenarista estaba íntimamente ligada a su optimismo en cuanto al progreso científico y la mejoría de la humanidad. Él acreditaba que el pueblo podría mejorar cada época a partir de la anterior y que el estudio de la historia permitía que las personas percibieran y avanzaran en este progreso. Una vez que el estudio de la historia era un imperativo moral para Priestley, también promovió la educación de las mujeres de clase media, lo que era poco común en la época. Algunos estudiosos de la educación describen a Priestley como el escritor inglés más importante sobre educación entre el siglo XVII de John Locke y el siglo XIX de Herbert Spencer. Lectures on History (Lecciones sobre Historia, en español) fue bien recibido y empleado por muchas instituciones de enseñanza, tales como New College en Hackney, Brown, Princeton, Yale y Cambridge. Priestley diseñó dos gráficos para servir como un ayudante en el estudio visual de sus Lecciones. Ambos fueron populares durante décadas, y los tutores de Warrington quedaron tan impresionados con sus lecciones y sus gráficos que consiguieron que la Universidad de Edimburgo le atribuyese el grado de Doctor en Leyes en 1764.
Historia de la electricidad
El ambiente intelectualmente estimulante de Warrington, a menudo llamada la «Atenas del Norte» durante el siglo XVIII , alentó Priestley a tener más interés en la filosofía natural. Dio conferencias sobre anatomía y experiencias relativas a la temperatura realizadas con otro tutor de Warrington, su amigo John Seddon. A pesar de tener su horario lectivo bastante cargado, decidió escribir un libro sobre la historia de la electricidad. Algunos amigos le presentaron a algunos de los mejores experimentalistas del Reino Unido – John Canton, William Watson y Benjamin Franklin, que estaba de visita – los cuales incentivaron a Priestley a realizar los experimentos que quería incluir en su historia. En el proceso de replicación de los experimentos, Priestley quedó intrigado con preguntas sen respuesta y se le solicitó realizar los experimentos en su propio estilo. Impresionado con los Gráficos y los manuscritos de la historia de la electricidad de Priestley, Canton, Franklin, Watson, y Richard Price, nominaron a Priestley a una membresía en la Royal Society, en la que finalmente fue aceptado en 1766.
En 1767, las 700 páginas de “The History and Present State of Electricity” (La Historia y el Estado Presente de la Electricidad) fue publicada con críticas positivas. La primera mitad del texto es una historia del estudio de la electricidad hasta 1766; la segunda mitad, más influyente, es una descripción de teorías contemporáneas sobre la electricidad y sugerencias para futuras investigaciones. Priestley relató algunas de sus propios descubrimientos en la segunda sección, tales como la conductividad del carbón e de otras substancias y de la continuidad entre conductores y no-conductores. Este descubrimiento desmintió lo que él describió como “una de los primeras y universalmente recibidas máximas de la electricidad”, que solo agua y metales podían conducir la electricidad. Esta y otras experiencias sobre las propiedades eléctricas, de materiales eléctricos y sobre los efectos de las transformaciones químicas demostraron su continuo interés en la relación entre substancias químicas y la electricidad. Con base a sus experiencias con campos modificados, Priestley fue también el primero en proponer que la fuerza eléctrica seguía la ley del cuadrado inverso, semejante a la ley de Newton de la gravitación universal. Sin embargo, él no generalizó o elaboró la propuesta, y la ley general fue enunciada por el físico francés Charles-Agustín de Coulomb en la década de 1780.
La fuerza de Priestley como un filósofo natural fue más cualitativa que cuantitativa y su observación de “una verdadera corriente de aire” entre dos puentes electrificados, más tarde interesó a Michael Faraday y James Clerck Maxwell, cuando investigaron el electromagnetismo. Los textos de Priestley se convirtieron en la historia estándar sobre la electricidad durante más de un siglo; Alessandro Volta (que más tarde inventó la batería), WIlliam Herschel (quien descubrió la radiación infrarroja) y Henry Cavendish (quien descubrió el hidrógeno) seguían ese texto. Priestley escribió una versión popular de “History of Electricity” (Historia de la Electricidad) para el público general, titulado : “A Familiar Introduction to the Study of Electricity” (Una Introducción Familiar al Estudio de la Electricidad)(1768).
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